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30 sept 2014

casualidades en las que nos atropellamos de forma bonita.

Existen casualidades que matan y que te viven; y otras en cambio, se cuelan dentro de ti, para resucitarte un poco.

Existen momentos que se han paseado sobre tu piel, y que de han quedado allí anclados, como si el semáforo estuviese en rojo permanentemente.

Existen personas con las que metes quinta para intentar escapar un poco de la vida, y sin embargo la vida se nos escapa a nosotros de tanto atropellarnos con verbos bonitos.

Existen fotos en blanco y negro que dejan de importar cuando sólo quieres oír hablar de colores.

Y existe una probabilidad de que me encanten las casualidades en las que nos atropellamos de forma bonita.

19 ago 2014

Se volvía un poco primavera.

Nunca comprendió que los precipicios no iban a salvarla, pero por algún motivo quería aprender a volar sin tener que soñar, sin tener que vivir de vez en cuando en su clavícula.

Cambiaba de estación, volviéndose invierno, y por dentro era mas parecida al ártico que a otra cosa.
Envolvía con frío los recuerdos y los guardaba bajo la piel.

Dibujaba en ella instantes de paraíso, de calor.

A veces se volvía niña en un tiovivo, y dejaban de importarla las heridas, entonces se volvía un poco primavera.
Y mandaba todo a la mierda, como el que tira las bragas al mar y se ahoga, pero de otras cosas.

A veces se volvía ella.

22 jul 2014

Lilas

Para que voy a hablarle a una lápida, gris ceniza, gris tristeza.
Para que voy a hablarte en piedra pudiéndolo hacer en flor.

En lilas, a ti.

Pudiéndote ver en estrellas y noche apagada, brillando en luna.

Verte volar como mariposa blanca, volando sin tristeza alguna, y luciérnaga iluminándome más que el sol.

Le hablare a todo ello, te hablare a ti, mamá.




5 jul 2014

Cuarenta y tres puestas de sol.



Una vez leí que había que ver cuarenta y tres puestas de sol para dejar de estar triste.
Que los gatos tienen siete vidas por si se enamoran seis.
Que Gran Vía es demasiado bonita como para enamorarse.
Y que en los bares aparte de olvidar, también se bebe.
Que en los tejados los suicidas también han hecho el amor.
Que bajo los párpados se ahogan barcos de papel. Y que no se nadar.


A veces sacaba a bailar a su niña interior, bailaba su canción favorita, descalza y sin bragas.
Y se ahorcaba en las sábanas cada vez que escribía.

Creía que el azul era un color cálido, que el mar no tenía fondo y por eso dolía. Y que los horizontes eran como poesía pero sin orgasmo.

Era como un cementerio, por las flores y eso, y un suicidio por dentro.
Decía que la primavera era demasiado puta, y que las margaritas no se deshojan, que es mejor no querer, para no hacerse daño lamiendo heridas.


Se perdía por una boca, que no era la del metro, y se corría con Baudelaire porque decía que hacer el amor dolía una puta barbaridad.
Y que ya había visto a demasiada gente irse mucho antes de haber llegado.

Y que prefería eso de morir por la poesía...

Audio-textos.

https://www.youtube.com/watch?v=U1AzZ1csvuw