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12 may 2013

Y es que ahora, sólo veo cielos grises.




Quería decirte, que esta noche, el miedo se ha colado por mi ventana y se ha acurrucado muy despacio, en mi cama. Me ha cerrado los ojos, y me ha envuelto entre las sábanas.

Esta noche he soñado con poesía, y poesía, eres tú, mi amor.

Se que eras tú, por que aún tengo las manos frías de rozar tu piel cuando aún era invierno.
Estabas ahí, diciéndole a la luna, que esta noche no íbamos a dormir, y  yo sentía que el pecho me quemaba, y es que ese es tu rincón.
Te fuiste, dejando la cama llena de recuerdos, que te gritaban, según te ibas alejando. Dejaste todo tirado.
El tocadiscos que sonaba aquella noche, sigue emitiendo tus susurros, con una música de fondo. Que no consigo escuchar.


Y es que no hay nada que pueda tapar esta cicatriz, que me arde cada noche. Excepto tu sonrisa, esa que me agarraba cada mañana sin soltarme, esa que me decía que no me preocupase por nada, que todo iba a salir bien. Y es que se ha grabado de forma permanente en mi almohada.  Donde posabas mi infinito cada noche.

Y es que mi pupilas ya no tienen fuerzas, para callar con desidia.

Y es que ahora, sólo veo cielos grises, y es que ellos no entienden de cajas de música que iban al compás de tus caricias, ni de tus ojos, que eran capaces de leerme los labios, que ahora ocultan las ganas detrás de ese rojo, difuminado, cuando decía con silencios, vuelve. Quédate, que cada noche ese miedo a no necesitarte nunca más aparece, así, sin avisar.








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