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12 sept 2013

Desde el este hacia el pecho.

De vez en cuando tengo que escribir, y dejarme matar un rato.
Para que luego un pecho, o el tuyo, me devuelva a la vida.
Y seguir muriendo de ti, también.
Morir de ganas, de ansias, y de precipicios más soñados que altos..


Desde el este hacia el pecho, enredándome en las mañanas.
Con ojeras de nubes, de haber volado. Y luego caído.
Y joder como duele caer, entre tinta, y sábanas deshechas.
Entre el frío del invierno, y luego tu agosto.


Tu risa, que recorre mapas, y corazones de vez en cuando.
Luego se marcha... Y es cuando tengo que empezar a escribirle.
Para que vuelva, pero sólo en el papel,  y así ahogarme en tus delirios,
con vodka y unos cuántos poetas mal recitados.

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