Hoy he decidido escribirte, supongo que como cada noche,
sólo que esta vez las palabras se quedarán marcadas sobre el papel. O sobre mí...
Siempre he creído que mezclar ginebra y escribir, significa
mi muerte. Ya sea por las veces que espero la primavera, o por las otras tantas
que enero me marca la piel.
No se si es por las veces que me dijiste que me salvarías, y
aún sigo esperando hundirme más o yo-qué-sé.
Pero esta noche me dueles mas.
He creído saber lo que era el amor.
Y he llegado a la nefasta conclusión de que el amor es ver
llover, y empaparnos bajo las sábanas. Es dejar que se enfríe el café por querernos
un rato más. Es compartir tan sólo un mando de la play. Y quejarnos de frío en
pleno agosto. El amor es escribir, es dolor. Y es muerte.
Y otra noche vuelvo a
no enredarme en ti.
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