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18 dic 2013

Los restos del color azul arándano.


Cuando el comienzo del año empieza en invierno, cuando el frío resulta imposible de comprender, cuando se queda guardado bajo la piel.
Cuando se duerme dentro de nosotros plácidamente junto al miedo, de vivir.
Cuando todo empieza por el dolor, y te das cuenta de que tiene que ir floreciendo poco a poco, quizás como la primavera, cuando la niebla se transforma en el color rojo, pero un rojo bonito, apagado.
Cuando te hundes porque crees que todo resulta más fácil, supongo que ahí es donde nadie te oye, y por eso permaneces ahí, oculto entre ti.

Pero la vida no sólo es otoño, y eneros que marcan. Supongo que tampoco lo es la primavera, ni las bellas teclas del piano, ni tampoco los restos del color azul arándano de tus pinceles.

La vida comienza por no ser evadida por todo ello, ni por mi, y digo que comienza en invierno para que el día que sepamos que también tenemos una pequeña luz, algo que da calor dentro de nosotros, comprendamos a vivir contra todo eso, contra nosotros mismos.

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