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7 dic 2013

El invierno sin porno.

Resultó que nos dolía más querernos, que dejarnos matar por la distancia.
Que jodía menos el invierno sin porno que tus costillas en mi espalda esperando ser vencidas.
Los domingos con poesía mataban menos que tú y yo juntos deshaciendo el amor, y la cama, y el silencio lleno de ti y de mí...
                                                                                                                                             

Liar tabaco, y dibujar rayones negros en el papel.


Perderme, dejarme en paz, dejar de escribir, deslizar los pies descalzos por la sábana fría hasta que sobresalgan del colchón, enamorarme del otoño y no de ti, ni de nuestras heladas en pleno agosto.

Ver llover a los párpados y decir que las nubes son unas putas,

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