A veces, simplemente no puedes más.
Ríes, pero está vacía, tan sólo un gesto, sólo eso.
De repente tus ojos, ya no pueden fingir más, llevan demasiado tiempo mintiendo. Mintiéndote
a ti misma.
Una lágrima escapa, recorre la mejilla rosada hasta que cae, la tinta del bolígrafo se expande por las fibras del papel, y dejan
semi-oculta aquella palabra: "recuerdos."
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